[2019-10-03]
El cuarto día empezaba, y sabía que, antes de que acabara, ya debía haber conseguido una bicicleta para mi largo viaje. De todas las opciones que tenía, buscarla en tiendas de segunda mano era la que más se me ajustaba.
Yo ya sabía acerca de lo grande que era la cultura de los productos usados en Japón. Había leído que tienen precios muy buenos, y que todo lo que encuentras está en excelentes condiciones.
Intenté, inicialmente, buscando por internet a personas que vendieran sus bicis de segunda. Solo encontré profesionales y muy especializadas; entonces así fueran de segunda, los precios estaban desde ¥60.000 a más de ¥100.000 (≈ $550 a $900usd). Eso era demasiado para mi presupuesto, yo esperaba encontrar una bicicleta usada (de montaña o carretera) por alrededor de ¥20.000.
Adicionalmente, encontré unos centros de reciclaje para bicicletas abandonadas, donde voluntarios las arreglan y las venden a excelente precio (desde ¥6.000 ≈ $55usd). Pero solo abren unos pocos días al final del mes. Si planeas vivir en Japón, o coincidencialmente las fechas te cuadran, puedes encontrar información aquí.
Entonces, empezamos el día empacando todo para hacer check-out en el hostal; y luego de dejar nuestras cosas en unos casilleros en la Estación de Asakusa, nos dirigimos al barrio Edogawa, donde había encontrado bastantes tiendas de bicicletas tanto nuevas como usadas.
Al salir de la estación, noté gran cantidad de gente usando bicicleta; eso me dio esperanza de que iba por buen camino.
De las tiendas que tenía en mis mapas, las primeras que visitamos solo vendían mamachari.
Las mamachari son las típicas bicicletas utilitarias que las personas usan en las ciudades; su nombre significa “bicicleta de mamá”, usualmente vienen con canasta, y ves muchas madres jóvenes con una o dos sillas extra para niños.
Eran nuevas y tenían muy buen precio, pero no eran lo que yo estaba buscando; no creo que alguien pueda imaginarse cruzar todo un país en ese tipo de bicicletas, hechas solo para ciudad.
Después de eso, entramos a un taller genial (Cycle Paradise), tenía unas bicicletas increíbles, pero también profesionales y costosas; estaban muy alejadas de mi presupuesto. También fuimos a una tienda de cadena mas grande, donde esperaba encontrar más variedad; pero también estaba llena de mamachari, y las de montaña o carretera, costosas.
No podía encontrar una bicicleta usada que no fuera mamachari; son las más usadas para andar en la ciudad. Solo aficionados o deportistas, quienes invierten mas dinero en sus bicicletas, eran los que tenían algo diferente. Realmente no me lo esperaba, estaba acostumbrado a ver bicicletas de montaña económicas en todas partes en mi país.
Entonces, me di cuenta de que no iba a conseguir lo que quería, tampoco quería incomodar mucho más a mi amigo (ya lo había hecho caminar varios kilómetros en vano). Regresamos a una de las primeras tiendas, donde vimos mamacharis nuevas a precios bajos (Seo Cycle)
Escogí una que me costó ¥20.000 (≈ $180usd – alrededor del precio que esperaba por una bicicleta de montaña usada). Pero, en el momento en que la probé, uno de mis miedos se materializó: la sentía demasiado pequeña para mi (183cm), y no podía subir suficiente la silla; sabia que me iba a dañar las rodillas si la montaba así.
Estaba empezando a desesperarme, pero el que nos atendió fue bastante amable y me ayudo a conseguir un tubo mas largo para poder poner la silla lo suficientemente alta para que me fuera cómoda. Aunque salí de allí sin estar tan convencido de mis decisiones; pensando en los pocos (y para nada suaves) 5 cambios que tenia la mamachari, claramente no diseñados para subir montañas.
No viaje con mi bicicleta desde Colombia porque era realmente costoso llevarla en el avión, y esperaba conseguir una buena en Japón; pero al final, no hubiera sido tanto (300usd), después de todo esto. Si piensas hacer un viaje como el mío, creo que debes invertir un poco mas y, si es posible, cargar con tu propia bicicleta.
Mi amigo se montó al tren y empecé mi primer pequeño recorrido de 10km hasta Asakusa. Tratando de dejar mis dudas a un lado, me enfoqué en ese momento. Disfruté mucho cruzando puentes y andando al lado de ríos. Una experiencia totalmente diferente a lo que uno ve en el tren. Alcanzas a ver todos los pequeños detalles.
Definitivamente recomiendo experimentar Japón en bicicleta; puedes alquilar una en varias áreas te Tokio y otras ciudades; hay muchos servicios de alquiler en todo el país, y si te interesa, puedes empezar leyendo aquí.
No dudes en escribirme cualquier pregunta abajo en los comentarios.
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